jueves, 2 de febrero de 2012


Convocatoria a las Cortes de Cádiz

Detalle de Retrato de Miguel Lardizabal,Francisco de Goya. Este tlaxcalteca fue el único americano en el Consejo de Regencia de España e Indias. Defendió el derecho de Fernando VII al trono, y a la vuelta del monarca fue nombrado ministro universal de Indias. Era contrario a la independencia de las colonias americanas.
Artículo principal: Cortes de Cádiz
La Junta Suprema Central decidió disolverse el 29 de enero de 1810 para formar el Consejo de Regencia de España e Indias con cinco de sus miembros. El propósito de este nuevo órgano era convocar a las Cortes de Cádiz. Sólo un americano formó parte de la Regencia, el tlaxcalteca Miguel de Lardizábal y Uribe; el resto de los integrantes de la Junta fue relevado de sus obligaciones, incluyendo los representantes americanos que ni siquiera habían llegado de ultramar. Al conocerse esta noticia en la Ciudad de México, se juró obediencia y fidelidad al órgano al que se reconoció la misma autoridad que a Fernando VII. El 14 de febrero de 1810 los representantes americanos fueron invitados a participar en la redacción de una nueva constitución, que prometía cambios para criollos y mestizos.
Mientras se celebraban elecciones para diputados en América, fueron nombrados treinta diputados suplentes radicados en la península para representar a las provincias ultramarinas, de los cuales siete eran novohispanos. Tras las elecciones, recibieron nombramiento como diputados a las cortes diecisiete representantes por Nueva España. En tanto, después de conocer sobre el asedio de Cádiz y el avance de los franceses en España, se establecieron en América nuevas juntas autónomas, en abril se formó la Junta de Caracas; en mayo, la de Buenos Aires; en julio, la de Bogotá; y en septiembre, la de Chile.
Por esos días, la Audiencia de México solicitó a la Regencia la destitución del virrey Lizana. El ejercicio del gobierno novohispano recayó en la Audiencia desde mayo de 1810 hasta la llegada de Francisco Xavier Venegas, nuevo virrey. En consonancia con los sucesos en otras partes de América, una nueva conspiración estaba en marcha en Nueva España. Aunque en todo el reino se efectuaban las elecciones de los diputados que habrían de asistir a las Cortes de Cádiz, los criollos novohispanos estaban resentidos por el derrocamiento de Iturrigaray que habían planeado los españoles peninsulares o gachupines.

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